- I’m feeling paranoid… - Venía cantando esa famosa canción de un grupo llamado…
¿algo con J?
¿algo con J?
- Y eso ha sido Paranoid de Jonas Brothers. – Anunció la radio. Oh, Jonas, no sé
qué.
qué.
Me dirigía a la casa de mi novio, Matt, quien vivía en el centro de Los Angeles, a
precisamente cuarenta y cinco minutos de mi casa.
precisamente cuarenta y cinco minutos de mi casa.
Iba en mi viejo chevy, de un color rojo, casi marrón, por el pasar de los años,
escuchando música a todo lo que daba el anticuado estéreo.
escuchando música a todo lo que daba el anticuado estéreo.
Me había mudado a California hace unos meses. Yo era más una chica de campo, y
no sabía bien como manejarme en la gran ciudad. Por lo que venía viendo, nadie
respetaba los semáforos; sin embargo, yo no quería una multa, así que frenaba en
cada luz roja. Lo cual tenía como consecuencia que los coches que pasaban por mi
lado me gritaban groserías por estar ‘’en su camino’’.
no sabía bien como manejarme en la gran ciudad. Por lo que venía viendo, nadie
respetaba los semáforos; sin embargo, yo no quería una multa, así que frenaba en
cada luz roja. Lo cual tenía como consecuencia que los coches que pasaban por mi
lado me gritaban groserías por estar ‘’en su camino’’.
Escuchar y cantar country como una loca esquizofrénica hizo que me despiste, y me
pasara una luz roja.
pasara una luz roja.
A lo lejos se oyó la sirena de la policía, lo cual era una señal de que una multa
estaba por formar parte de mi historial automovilístico. Comencé a mirar por todas
partes, buscando la patrulla, cuando sentí un golpe en el frente de mi auto, y como
este comenzó a moverse hacia atrás. Puse rápidamente el freno de mano, y undí mi
cabeza en el volante. Un auto empezó a tocar su bocina, lo cual me obligó a alzar la
vista sólo para encontrarme con dos adolescentes en sus asientos delanteros. ¿Así
que ESA había sido la patrulla? ¿Dos niños? De acuerdo. Abrí la puerta del carro,
furiosa, y la cerré con todas mis fuerzas. Caminé apresuradamente hacia el otro
auto, y al tonto apoyado en su capot, quien no sé cómo, se bajó en fracciones de
segundos. Este volteó para verme y se quedó boquiabierto. Él era alto, tenía un
cuerpo bien trabajado, y su musculosa color verde flúor dejaba al descubierto sus
brazos sumamente musculosos. Su cabello era oscuro y perfectamente ondulado.
Sus ojos, hipnotizadores. Sus labios, rojos y carnosos. Lo que más atraía era su
sonrisa compradora que decía ‘llévame a casa’. El otro chico permanecía dentro del
coche.
estaba por formar parte de mi historial automovilístico. Comencé a mirar por todas
partes, buscando la patrulla, cuando sentí un golpe en el frente de mi auto, y como
este comenzó a moverse hacia atrás. Puse rápidamente el freno de mano, y undí mi
cabeza en el volante. Un auto empezó a tocar su bocina, lo cual me obligó a alzar la
vista sólo para encontrarme con dos adolescentes en sus asientos delanteros. ¿Así
que ESA había sido la patrulla? ¿Dos niños? De acuerdo. Abrí la puerta del carro,
furiosa, y la cerré con todas mis fuerzas. Caminé apresuradamente hacia el otro
auto, y al tonto apoyado en su capot, quien no sé cómo, se bajó en fracciones de
segundos. Este volteó para verme y se quedó boquiabierto. Él era alto, tenía un
cuerpo bien trabajado, y su musculosa color verde flúor dejaba al descubierto sus
brazos sumamente musculosos. Su cabello era oscuro y perfectamente ondulado.
Sus ojos, hipnotizadores. Sus labios, rojos y carnosos. Lo que más atraía era su
sonrisa compradora que decía ‘llévame a casa’. El otro chico permanecía dentro del
coche.
- Hola hermosa. – Dijo el chico con aspecto peligroso, acercando su fascinante
cuerpo con cautela hacia mí.
cuerpo con cautela hacia mí.
Extendió su mano en forma de saludo.
- ¿Y tú eres? – Repliqué de forma asquerosa, observando como este retiraba su
mano ante mi rechazo.
mano ante mi rechazo.
- Oye, creo que empezamos mal. Soy Joe. – Parpadeé varias veces, y no quité mi
vista de él, quien parecía confundido ante mi falta de conocimiento.
vista de él, quien parecía confundido ante mi falta de conocimiento.
- Jonas… - Agregó al notarme perpleja.
- Ah, claro. Mira, ¿tienes licencia de conducir? Porque te cuento que acabas de
arruinar mi coche y…
arruinar mi coche y…
- ¿Más todavía? – Interrumpió riendo.
Podía escuchar la risa del otro chico, muy parecido a él, dentro del coche, quien
cuando lo miré, enojada, se hizo el despistado y desvió la vista.
cuando lo miré, enojada, se hizo el despistado y desvió la vista.
- Muy gracioso. El punto es…
- Que eres rubia, bonita, aún no sé tu nombre, y por lo visto… - Se señaló a él
mismo y al otro chico. – No nos conoces.
mismo y al otro chico. – No nos conoces.
- No, es obvio que no. – Sonreí. – Y ya para de interrumpirme. Soy Allyson.
- ¿Y que hay sobre la parte en la que eres bonita? – Alzó una ceja.
- No sé si antes te habían dicho que eres bastante frustrante niño. – Dije volviendo
a mi coche.
a mi coche.
Me tomé de un brazo, haciendo que vuelva a estar frente a él.
- Suéltame. ¿Quiéres? – Rezongué.
- Aquí la única que frustra eres tú. ¿Y que hay con eso de ‘niño? ¿Cuántos años te
crees que tengo?
crees que tengo?
- Por como actúas, unos quince seguro. – Sonreí, con la intención de fastidiarlo.
- Pues te equivocas. Tengo diecinueve. Así que para un poco con ese personaje de
rubia rebelde… Siento lo del coche. ¿Te podemos alcanzar a algún lado? – Lo miré
disgustada.
rubia rebelde… Siento lo del coche. ¿Te podemos alcanzar a algún lado? – Lo miré
disgustada.
- Prefiero que me salgan callos en los pies de caminar con tacos hasta el centro
antes de ir contigo. – Sonreí nuevamente, esta vez siendo en forma de burla, y me
libré de su mano para volver a mi coche a buscar mis pertenencias.
antes de ir contigo. – Sonreí nuevamente, esta vez siendo en forma de burla, y me
libré de su mano para volver a mi coche a buscar mis pertenencias.
Tenía una valija, y una cartera nueva de Dolce & Gabbana que me había
comprado ese mismo día, con la poca plata que tenía. Joe no se había movido de su
capot, y observaba cada movimiento que yo hacía.
comprado ese mismo día, con la poca plata que tenía. Joe no se había movido de su
capot, y observaba cada movimiento que yo hacía.
Bien, ahora la aventura de cruzar plena avenida de Los Angeles. En cuanto vi que
no venía ningún auto, comencé a correr, y mi celular cayó en la mitad de la calle.
Quise ir a buscarlo, pero dos centímetros adelante mío pasó volando un coche, y lo
dejó hecho pedazos. Joe y el otro chico reían a carcajadas observándome.
no venía ningún auto, comencé a correr, y mi celular cayó en la mitad de la calle.
Quise ir a buscarlo, pero dos centímetros adelante mío pasó volando un coche, y lo
dejó hecho pedazos. Joe y el otro chico reían a carcajadas observándome.
- El show acabó tontos. Ya se pueden ir. – Les grité.
Me di media vuelta, agarré una vez más mi cartera, y mi valija, y comencé a caminar.
No di tres pasos, que uno de mis tacos se quebró, y caí al suelo. Genial. Otra vez sus
risas insoportables resonaban en mi oído. Me saqué ambos zapatos, me paré y los
tiré hacia donde se encontraban ellos. Uno golpeó su auto, provocando una
pequeña raya blanca en la pintura negra, y la otra fue atrapada por Joseph.
No di tres pasos, que uno de mis tacos se quebró, y caí al suelo. Genial. Otra vez sus
risas insoportables resonaban en mi oído. Me saqué ambos zapatos, me paré y los
tiré hacia donde se encontraban ellos. Uno golpeó su auto, provocando una
pequeña raya blanca en la pintura negra, y la otra fue atrapada por Joseph.
- Te conviene volver al campo, Pocahontas! – Gritó Joe alzando mi zapato en el aire.
Lo que decía este chico no tenía sentido.
- Te conviene perderte, idiota! – Respondí.
Descalza, comencé a correr en busca de un taxi.
JAAJJAJAJAJAJ ES GENIAL, la voy a leer :)
ResponderEliminarayy te juro que es enfermante la actitud de joe en este cap, pero se que se va a poner mucho mejor..
ResponderEliminarespero q andes genial..
besotes
ahh, x cierto soy /jonasspasion
nooooooooooooooo, lo amé loquita (L
ResponderEliminar