viernes, 10 de diciembre de 2010

Capítulo 7.

Allyson ~

Al despertar, comencé a tantear la cama en busca de Joseph. Por lo visto, él ya se había levantado. ¿Qué hora era? Miré el reloj que estaba sobre la mesa de noche, y marcaba las dos de la mañana. Wow, me había pasado de rosca. Debía volver al hotel ahora mismo. Pero primero, sería mejor hablar con él. Al bajar de la cama, me tropecé con mi valija, lo cual me daba a entender que ya no estaba registrada en el hotel, si no que en la casa de los Jonas.
- Joe… - Susurré, no queriendo hacer mucho ruido, al bajar las escaleras. – Joseph… ¿dónde estás?
Un ruido a tacos provenientes del living me sobresaltaron.
- Tú debes ser Allyson. – Dijo una mujer alta, hermosa y morocha desde abajo. – Baja un momento.
Guiándome por las fotos que había en el living el primer día que entré a esta casa, esa era la novia de Kevin.
Le hice caso, y al pisar la sala de estar, saludé amablemente.
- Ustedes deben ser Danielle y Kevin. – Sonreí.
Ambos imitaron el gesto, pero no les duró mucho.
- ¿Qué sucede? – Pregunté. - ¿Dónde está Joe? ¿Y Nick?
- Ellos discutieron, y Nick se fue con el auto de Joe hoy por la tarde. Hace una hora más o menos Joseph lo fue a buscar, y todavía no han vuelto. No contestan los celulares, nada. – Danielle apretaba con fuerzas la mano de Kevin, como dándole a saber que ella iba a estar siempre con él, apoyándolo todo el tiempo que sea necesario.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al volver a la conversación. Me había colgado pensando en cuanto me gustaría sentir los dedos de Joe entrelazados con los míos. Sin decir una palabra, me levanté, y subí corriendo las escaleras. Volví al cuarto de Joseph, tomé una de sus camperas, y me reuní nuevamente con Kev y Dani, solamente que ahora, él hablaba por teléfono.
- ¿Es Joe? – Pregunté parada frente a la puerta principal.
- No Al, estamos por llamar a la policía. – Dijo Danielle. – Ya es muy tarde.
- Yo los iré a buscar. – Repliqué.
- No, quédate, no queremos que la policía tenga que buscar a otra persona. Además, es tarde, y Los Angeles no es seguro a esta hora.
- No me importa. Si los encuentro, o tengo alguna novedad, los llamo. Hasta luego. – Danielle estaba por decir algo, pero antes de que pudiera, salí rápidamente de la casa.
Pasaría primero por el hotel, para ver si se encontraban allí. Ojalá Joe lo hubiera encontrado, y sólo estaban hablando o tomando algo.
Al llegar al hotel, pregunté por Nick Jonas o por Joe Jonas. Me miraron como si estuviera loca al pensar que uno de ellos se hospedaría allí. Sin decir más, me retiré de ese lugar y comencé a caminar por las calles oscuras y peligrosas de Los Angeles. Me fui más al centro, donde había gente y luz. Miraba por los vidrios de cada bar, o lugares de comida en busca de ellos dos, pero no había rastro alguno. Ya eran las cuatro de la madrugada, y nada había cambiado. Estaba más cerca de la casa de Irene, que de la de ellos, así que decidí ir hasta allí para tomar un café.
Al llegar, vi el auto de mi papá estacionado en la puerta. ¿Qué hacía él allí? Toqué el timbre, y me atendió Kathy. Pobre niña, al vivir con una adolescente, actuaba como si fuera una también. Las cuatro de la mañana, y ella despierta y abriendo la puerta como si nada.
Me puse en puntas de pie para intentar observar qué había en la cocina. Definitivamente, era mi papá, y estaba hablando con Irene. Me estaba buscando a mí. Pero… ¿para qué? Si él sabía que me iba a quedar en lo de Matt supuestamente, ¿qué había ido mal?
- Linda, ¿me dejas pasar? Debo hablar con Ire, y aparentemente, con mi papá. – Le dije, intentando ser dulce. – Claro, pasa Ally. – La pequeña me dejó pasar, y luego se fue a los saltos hasta su cuarto.
- ¿Dónde has estado? Te busqué por todas partes. – Gritó mi padre, furioso, a penas me vio poner un pie dentro de la casa.
- Tranquilo papá. He estado en lo de Matt, pero rompimos y luego vine unos días aquí hasta que finalmente me registré en un hotel de por aquí. – Quise explicarle.
- Y ¿qué haces aquí a esta hora? – Cuestionó.
- Estaba dando vueltas por el centro, y como se me hizo tarde, decidí venir a ver a Ire.  
- ¿Y esa campera? Niña, no me mientas. ¿Con quien has estado? – Rodeé los ojos.
- No me creerías si te dijera. – Solté.
- Soy tu padre, sabes que puedes confiar en mí. – Me senté junto a él, dispuesta a contarle la historia de la que seguramente se reiría, ya que no conocía a ningún ‘Jonas’ y no creería que una estrella de música se fijaría en mí.
Mi padre escuchó atentamente, sólo hacía muecas de vez en cuando. Le conté toda la historia, desde que choqué el auto hasta lo sucedido hace unas horas. Cuando terminé, como era de esperarse, se hechó a reír.
- ¿Y? ¿Me crees? – Pregunté, a pesar de que sabía la respuesta.
- Lo único que creo es que fue una mala idea dejarte venir aquí sola. Tú andas en algo raro, andas sola por Los Angeles a altas horas de la madrugada, y vienes aquí a decirme que andas con un cantante. Cariño ¿has estado tomando drogas? – Abrí los ojos como platos. Lo único que faltaba.
- ¿Estás loco? Te he dicho toda la verdad, estaba buscando a Joe y a Nick y…
- ¿Quiénes son esos? ¿Los que te venden la droga? – Me interrumpió. Resoplé, sin poder creer la situación que estaba viviendo.
- Ya déjalo. No estoy tomando nada, ya te expliqué quienes eran. Ire, dile porfavor. – La miré a mi mejor amiga, pero esta sólo miró hacia otro lado.
- Lo siento Al, pero… no lo sé. Nunca te he visto con ellos, tú sabes, sólo sé lo que me cuentas. – Me dio una palmada en el hombro, y se metio en el cuarto con Kath.
Lo miré a mi padre, sin saber qué decir.
- Ven Allyson, nos volveremos a casa. – Dijo frustrado.
- No papá, no podemos volver ahora, porfavor. Creeme, sólo… un tiempo más. Yo sé que has venido aquí por otra razón, no por mí, no tiene sentido.
- He venido por un trabajo que me salió. Debo quedarme dos meses, pero volveremos antes, a menos que accedas a venirte a vivir conmigo. – Lotería.
- Sí, sí! – Grité – Iré contigo.
- Dos meses Al, y luego a Florida. – Mi mundo volvió a derrumbarse.
- ¿Florida? – Pregunté, tragando saliva.
- Sí, después del trabajo aquí, me mandan a Florida, y ni te pienses que te quedarás aquí sóla. Mucho menos después de esto.
- ¿Cómo puedes ser tan cruel? – Mi voz comenzó a quebrarse, y mis ojos se llenaron de lágrimas.
No podía pensar que luego de dos meses, no volvería a ver más a Joseph. Tal vez era mejor irse directamente ahora, antes de que me termine enamorando. Era mucha información en una sóla noche, no podía procesarlo todo. En mi interior había una mezcla de sentimientos inexplicables; sólo quería volver a dormir largo y tendido como lo había hecho esta tarde.
- No quiero que te veas más con esos dos chicos. – Manifestó, sacándome de mis pensamientos.
- Ni siquiera los conoces. – Murmuré, secándome las lágrimas.
- Por lo que me cuentas, y por cómo te veo a ti, no se me da por conocerlos. Si te quieres quedar, entonces no has de verlos más Allyson. Si no, nos iremos ahora mismo. – Afirmó frío.
- Pero papá… - Las lágrimas salieron en cascadas.
- Sin peros. O no los ves más a ninguno de los dos, o nos vamos a Florida.









Vale aclarar que hice la reforma de este capítulo a las tres de la mañana y con mucho sueño. No quedó tan bien como me hubiera gustado, pero es suficiente para un capítulo enganche que no tiene tanta importancia. Igualmente, espero que les guste :)

1 comentario:

  1. estuvo muy bueno el cap, pero no me agrado para nada el hecho de que el padre no le creyera y ensima le diga q estaba tomando drogas, que clase de hija se cree que tiene? ni siquiera se empeña en tratar de creerle y conocer a los chicos :s

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